Me ha parecido muy interesante la presentación que comentamos en su aproximación a la biología para tratar de explicar el estado evolutivo de los medios, pero asumir como “especies” al periódico, a la radio o a la televisión conlleva algunas cuestiones fundamentales previas para la reflexión.
Como especies, supone entenderlos como “poblaciones” concretas que pueden cruzarse entre sí, aisladas reproductivamente de otras especies. Es decir, la “especie” periódico, con su propio código genético solo podría engendrar nuevos individuos cruzándose con individuos de su misma especie.
Así, hasta que aparezca un verdadero salto evolutivo en el cruce reproductivo entre especies tradicionales e Internet, observamos curiosas mutaciones como cuando cruzamos la especie “periódico”, con la especie “Internet” y con la especie “ciudadanos”, cuyo resultado es “periodismo ciudadano” con sus ineficiencias evolutivas inherentes. O cuando “especies” como TV, Internet y periódicos pertenecientes a un mismo conglomerado empresarial tratan de “cruzarse” en un mismo entorno organizativo mutante no preparado para el cambio.
A mi juicio, y siguiendo con la biología, todas las “especies” de medios de comunicación tradicionales tienden, peligrosamente, hacia su estabilización o “estasigénesis”; subproceso evolutivo propio de sistemas indiferentes, sordos a la información del entorno, incapaces de adaptarse a la desideologización demandada a gritos por la sociedad y que pueden perecer por un exceso de especialización o simple orientación a modas tecnológicas. Una especialización tradicional orientada a ofrecer servicios de información, entretenimiento y publicidad, con la única novedad de que ahora pueden utilizar nuevos soportes para expandir su “branding”, su manipulación y tendenciosidad, incluso de forma más sofisticada que antiguamente.
En este estado evolutivo, los viejos medios sobreviven como un “híbrido” resultado de su cruce artificial con Internet que les aporta un nuevo soporte de comunicación y supuestos modelos de negocio, mientras que aquellos aportan a la Red contenidos informativos gratuitos, de entretenimiento o publicidad con mayor o menor grado y fortuna de participación ciudadana y rentabilidad todavía hoy cuestionables.
El cruce reproductivo con Internet ha permitido la aparición de una ligera “variación” (anagenética, de acuerdo) de las especies periódico, radio o televisión incorporando parte del código genético de Internet para sobrevivir. Una evolución de la especie, sin duda, que se beneficia de las ventajas inherentes del código genético de Internet, pero en absoluto un estado cladogenético de aparición de nuevas especies en medios de comunicación social. La última especie como tal fue Internet, no perdamos la perspectiva.
En mi opinión, no se ha desdoblado ninguna especie de medios de comunicación, en todo caso, se han desarrollado variedades de las existentes por hibridación en un nuevo entorno. Variedades (sobre “tradicionales” o “nativos”) que tratan de adaptarse y sobrevivir en un entorno muy hostil con la amenaza de los grandes players de Internet entrando en el Media y cuya rentabilidad todavía alimenta un interesante debate.
Finalmente, si tenemos en cuenta que una nueva especie más evolucionada y adaptada en términos de anagénesis hace desaparecer a la anterior y que en términos de cladogénesis, supone una posibilidad; observaremos que la teoría evolutiva de las especies aplicada a los medios de comunicación es de difícil aplicación, al menos en este momento, más allá del interesante ejercicio intelectual que supone.
La prudencia debe imponerse cuando se trata de medios de comunicación. Vivimos en un “hype” de tecnologías y gadgets de divertida experimentación y se está perdiendo la razón de ser del periodismo y los medios de comunicación; generando una sociedad anestesiada por el “infotainment” y la “gadgetomanía”; una mutación evolutiva peligrosa y que nos inunda a través de todas las pantallas descritas en la exposición.
La frase del día
martes, 9 de diciembre de 2008
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